DE BUITRES Y OTROS RAPACES
El activismo que promulga la cancelación pública es moneda de cambio en nuestros tiempos. Aún más, si se trata de algunos que poseen cierta influencia mediática, carentes de actitud crítica hacia los propios y despiadados enemigos de los ajenos.
El Salto Diario, medio de comunicación digital ‘ecosocialista’ (¿y a mí qué me preguntan?) acurrucado al socialismo, publicó esta semana, un artículo encallado en la sección “Vox – Política – Extremadura” ¿Really?, acerca de un miembro de la corporación municipal de Don Benito. Firmada por Sánchez Luque y Reina Corbacho, y que alude directamente a una concejala calabazona. No es una crítica política sino un intento de señalamiento público basado en la investigación tendenciosa de las redes sociales personales de una mujer, y la exposición de fotos privadas pasadas, que no gozan de demasiada aceptación vecinal.
“La más polémica, una foto con un buitre leonado inerte. Según el Código Penal, la caza de especies protegidas debe ser castigada con multa o pena de prisión”. Ésta es una de las sentencias del juez-árbitro periodístico que componen el titular del artículo, dando por sentado que la referida en la reseña ha quebrantado la ley. Tratando de llegar al corazoncito del lector básico de la cuerda y generando reacciones ofensivas e incriminatorias de los inteligentísimos usuarios twitteros.
Sánchez Luque, autodefinido en sus redes sociales como “camarero con el título de periodista” de Villanueva de La Serena, señala directamente y sin miramientos, una acción privada, de una recién elegida edil dombenitense, referida a tiempos en los que no ejercía este cargo público.
Queda refrendada la máxima de no ser una crítica política, sino un intento de agitación referido a hechos pretéritos y que en nada afectan o modifican su actividad en el consistorio, más allá de la presión futura y presente que pueda generar dicha publicación.
Hasta aquí, puede ser considerado como un acto tendencioso amparado en la libertad de expresión y con independencia política. Sin embargo, existen algunas contradicciones patentes en los firmantes, que están muy a la vista.
“La concejala compartía sin tapujos comentarios y fotografías franquistas, así como trofeos de caza que transgredían no sólo líneas morales y éticas sino, también, legales.” La justicia no se ha pronunciado al respecto de la supuesta ilegalidad de estos actos, pero a Sánchez Luque y a Reina Corbacho les parece oportuno aludir a una “transgresión de la legalidad” de los mismos. Sin eufemismos, imputan, según su criterio particular y supremo, un delito producido y pendiente de castigo. En cuanto a la ética, también significada en las palabras de estos muchachos, se toman el atrevimiento de establecer juicio directo de carencia de ideales morales. Los actos íntegros son los que ellos decretan sentados en el inodoro leyendo “El Salto Diario”, creídos en la disposición de otorgar estos valores y arrebatarlos a su antojo y conveniencia.
Los simpáticos redactores, uno de ellos además defensor del proceso “fusionario”, serían más creíbles si sus pretendidos castigos inmisericordes no se produjeran unidireccionalmente. Desde que Siempre Don Benito y el Partido Popular asumieron su lugar en el ayuntamiento calabazón, han protestado ferozmente las causas no beneficiosas para el Partido Socialista. Lo que hace desconfiar tímidamente al iletrado que digita estas humildes y baratas palabras.
Curiosa su defensa de la fusión armoniosa y pacífica de dos ciudades hermanas, generando exactamente lo contrario: la controversia, el conflicto, la desunión y el fratricidio, si me permite una exageración, en medio de estas exageraciones, querida amiga boticaria.
Esta suerte de jueces supremos definidores de lo íntegro, aliados del discurso progresista y defensores del estado cubano, ya saben, el paraíso socialista en la tierra.
“Hay políticos que no están a la altura de la ciudad a la que representan, ni lo estarán.” Esto comentaba Sánchez Luque en referencia a una publicación simpática de la concejala. ¿Creen ustedes que esta mención remitida sería la misma si la regidora perteneciese al Partido Socialista? Si tiene que pensarlo, compañera, no lo piense más.
A decir verdad, no pretendo hacer defensa de las imágenes publicadas. Porque me hago las siguientes preguntas: ¿Quién soy yo para establecer juicios de valor de la vida privada de las personas? ¿Qué clase de superioridad te permite establecer ‘lo carente de ética’? ¿Cómo puedo ser veraz si me dedico a señalar exclusivamente a los que están en mis antípodas ideológicas no refiriéndome a una crítica política, sino a una intromisión intimidatoria? ¿Cuál es el interés real que tienen estos muchachos para realizar una investigación pormenorizada y sesuda del pasado de una persona? ¿Puedo tachar de carencia moral a alguien y a la vez publicar imágenes en medios de comunicación nacionales de la intimidad de un individuo?
Me planteo siquiera si, con este artículo ¿no estaré cayendo yo en procederes que trasgreden las líneas legales y morales?
Y me respondo inmediatamente, pero en este renglón: es poco probable que así sea, al menos desde un punto de vista etimológico y científico.
Probablemente sean cuestiones de difícil discernir. Las pensaré en el baño, leyendo, como siempre, El Salto Diario.
Gerardo Esteban Lamas

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