Y AHORA TENÉS VUATURÉ

El triunfo de la idiocia está consumado en los que dirigen nuestros pagos. La actitud crítica hacia los poderosos brilla por su ausencia y los palmeros se fermentan en mayoría absoluta. Distribuyendo malintencionadamente elogios a diestras y siniestras campañas del “a favor de lo bueno y en contra de lo malo”.

En esta tierra hemos padecido un proceso fusionario que ha determinado a las claras, y siendo inservible mejor ejemplo, la calaña que define al dúo imperante. Los ha puesto allí, en el lugar al que pertenecen. Ese estercolero rodeado de tontos útiles del que no se debe salir bien parado. Regurgitando la bilis que los compone y da forma. Pero también, y esto es lo infausto, nos ha definido a nosotros. Muchos siguieron e idolatraron este discurso proselitista sin siquiera chasquear el nervio de la duda. “En la duda nos encontramos”, decía el tipo del barrio de Caseros. Es la incertidumbre del pensamiento donde hayamos a los buenos amigos, a las chicas que queremos por un rato y a las inmortales.

Volviendo al tronco, ¿nos queda alguna chance?. ¿Alguna oportunidad para evitar que, dos tipos en secreto, jueguen al ‘Risk’ con nuestro orbe y ganen la partida? Lo cierto es que no les importamos señora, ni usted, ni aquel, ni mucho menos yo. El interés capitalista de los señores que se escriben lo que van a decir, porque ni hablar saben, van más acá del bien común. Crear nuevas concejalías para acomodar a sus partidarios y gastar la guita de todos es celebrado como altruismo en determinadas coordenadas camaleónicas. El interés de hacer más grande, si cabe aún el Estado, cuando El Estado son ellos y su función es la opresión popular.

Sabe que, nunca pensé que se atreverían además a expeler a efectos jurídicos nuestra ciudad. Eso parecía algo más o menos intocable. Somos y seremos responsables de haber sido engañados por fatuos. Los que fueron a ejercer su “derecho a ser utilizados” en esa consulta popular no son víctimas, son directamente responsables. Lastimosa, tramposa, cargada de malevolencia y con el objetivo de hacer creer partícipe al ciudadano cuando apenas se conocía el juego. Arrepentido estoy de haber llevado mi boleto de NO a la mafia e introducirlo en la urna con la fuerza de cien megatrones. Me tomaron el pelo siendo difícil, ya que me considero cercano a la ‘Calvocracia’ asertiva.

Una de las consignas es: “El futuro venturoso para las nuevas generaciones”. El mero atrevimiento a contradecir este dictamen, es considerado propio de una suerte de mendigos morales. Ese tonito que utilizan para decirnos en nuestra jeta lo que es bueno para nosotros y lo que nos perjudica. Didáctica dictatorial. Superioridad ética, moral y de todo lo que se le ocurra. Para cerciorarse de esto iban a los colegios a dar el discurso político disfrazado de conjuro ‘buenista’. No tenemos constancia de que ningún padre emitiera queja alguna o se negara a que adoctrinen a su retoño. Director de centro educativo que lo permite, es a usted al que me dirijo y al que niego mínima misericordia.

En otro orden, todavía nos quedan bemoles para preocuparnos por el nombre. En qué clase de personas nos hemos convertido. Como ser positivista si, en el caso de que la nombradía fuera Don Benito- Villanueva ya habría consenso social. Nos habríamos olvidado del simulacro democrático, las innumerables mentiras y la ausencia de inconvenientes.

Desconfíe del que da consejos en nombre del bien público y resuelva revisar la estrella que sigue, capaz que ya se apagó.

Gerardo Esteban Lamas

Semanario Vegas Altas y La Serena

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