Ricardo García Lozano : HISTORIA, HISTORIAS Y LEYENDAS, DOUPOLIS Don Benito Villanueva de la Serena – Villanueva de la serena Don Benito

el 6/12/2021 10:24:02 (182 Lecturas)

NO SÉ QUÉ RAZONES PUEDEN ADUCIRSE, PARA IR EN CONTRA DE LA UNIÓN DE DOS POBLACIONES CERCANAS, SEMEJANTES EN MUCHOS ASPECTOS, E IDÉNTICAS EN OTROS. DOS POBLACIONES QUE INTERCAMBIAN CENTENARES, SI NO MILES DE CIUDADANOS, YA SEA POR TRABAJO, COMPRAS O CUALQUIER OTRO MOTIVO CADA DÍA; DOS CIUDADES QUE ESTÁN UNIDAS POR VARIAS VÍAS DE COMUNICACIÓN Y UNA ARTERIA, EN LA QUE CADA DÍA CIRCULAN, EN UNO Y OTRO SENTIDO, MILES DE VEHÍCULOS

 

Dos ciudades unidas por lazos afectivos, familiares, culturales, históricos y hasta espirituales. Que tienen objetivos comunes, similares problemas y un futuro común. Que tienen un inmenso potencial económico, histórico, intelectual y artístico. Dos ciudades que de su unión por sinergia la potencialidad de la unión será superior a la suma de potencialidades individuales. Dos ciudades situadas en el centro de Extremadura y que de su unión resultara ser la tercera ciudad en importancia de la Comunidad formando un triángulo estratégico con Cáceres y Badajoz; y un área de influencia de enorme importancia.

Yo no dejaré de ser quien soy, ni venir de donde vengo, por ser además ciudadano de una ciudad mayor más grande, más rica, más prospera, con mejores servicios y con más posibilidades de desarrollar las capacidades individuales; con mejores medios y un futuro más prometedor. Del mismo modo que por ser Extremeño, no dejaré de ser de la provincia de Badajoz, no dejaré de ser extremeño por ser Español; y así sucesivamente hasta formar parte de la vida inteligente del Universo -si es que aparte de nosotros hay vida inteligente ahí fuera-. Tampoco dejaré de ser de Villanueva por ser de la unión que resulte de ambas ciudades, mi identidad no sufrirá menoscabo, no se recortará mi esencia sino que esa misma esencia se incrementará. No se trata de que se pierdan tus raíces; se trata que el árbol que dichas raíces sustentan tendrá nuevas ramas, mayor envergadura y será asiento para nuevas iniciativas que ahora no podemos ni imaginar.

Por otra parte Don Benito y Villanueva llevan tanto tiempo marchando juntas, al unísono en la misma dirección, que creo que muchos de nosotros cuando vamos a Don Benito, no nos sentimos forasteros, como cuando vamos por ejemplo a Mérida o Badajoz. No se puede negar que la relación que une a ambas ciudades no es como las demás, parece -o por lo menos a mi me lo parece- que vas, no a otra ciudad, sino a una prolongación de la misma, tanto en uno como en otro sentido.

Por mi parte he de decir que tengo más esculturas instaladas en Don Benito que en Villanueva, pues además de la escultura a su Patrona, la Virgen de las Cruces, tengo los bustos de Tierno Galván y de Valentín Gómez; y los monumentos a la Constitución y al Emigrante. Tengo además excelentes amigos en Don Benito y tengo familia, y he participado y participo en actividades culturales.

No quiero recurrir a frases demasiado comunes y manidas, pero quién puede poner en duda, seriamente que la unión hace la fuerza. La historia ha demostrado este aserto en infinidad de ocasiones. Sertorio unió bajo su mando las tribus hispanas y se enfrentó a la poderosa Roma, venció a Quinto Cecilio Metello y venció a Pompeyo que tuvo que recurrir a la traición para derrotarle.

Mahoma unió las tribus árabes que guerreaban entre si, y sus sucesores conquistaron, casi el mundo entonces conocido. Un imperio que llegaba desde la Península Ibérica hasta las estribaciones del Himalaya. La federación de ciudades griegas, venció a los Persas. Kublai Kan tenía bajo su mando cien pueblo diferentes.

Sé que son ejemplos que sobrepasan con mucho el significado histórico que pueda tener en un futuro cercano la unión de las dos ciudades; pero muestran lo que se puede hacer con unidad y una intensidad fija e invariable de propósito, con un liderazgo comprometido y con el apoyo de la mayoría.

Naturalmente habrá que ir con cuidado; hilar fino para no herir susceptibilidades, respetar las tradiciones y costumbres que deban ser respetadas; pero tenemos el ejemplo de grandes ciudades, que en sus diferentes barrios, mantienen antiguas costumbres que le dan una identidad particular, pero que en los aspectos administrativos y de servicios, y como dije antes en objetivos comunes, pueden unirse y tener mayores posibilidades de crecimiento.

Las razones que he oído decir en contra de la unión son: en primer lugar la perdida de las raíces, la pérdida de identidad, así como de las costumbres; y en segundo lugar el recelo a que una quiera obtener ventajas en la unión que se propone, en detrimento de la otra. Con respecto a la primera, creo que es infundado por lo ya expuesto anteriormente. Con respecto al segundo argumento, si las negociaciones se llevan de buena fe y examinando con cuidado todos los términos, no creo que haya nada que temer.

Hay, creo, otra razón no tan franca y válida que las expuestas anteriormente, para el rechazo de la unión; y es el malestar y disgusto que sentirían ciertas personas de llevarse a término dicha unión, porque están convencidas de que el éxito de la misma daría un prestigio indudable a los líderes políticos que lo han llevado a cabo así como a quienes representan; y como ha ocurrido en este país demasiadas veces que antepongan sus intereses espurios, sean de la índole que sean, al indudable beneficio que reportaría la unión de ambas ciudades. Creo y confió que en caso de que haya alguien que anteponga sus “particulares intereses”, se trate de un colectivo de escaso número de personas, que al final acaben reconociendo que la unión beneficia a todos y no perjudica a nadie.

Tal vez me equivoque, me suelo equivocar con bastante frecuencia; pero creo que la elección del nombre va a ser un poco complicada, si se hace una combinación de los dos nombres, cosa por otra parte difícil, siendo nombres tan dispares, por mucho acierto con que se haga, dará cierta sensación de añoranza; si se elige poner un nombre demasiado nuevo, dará la impresión de romper con el pasado; y ni una y otra cosa creo que sería conveniente. Tal vez si se hiciese un concurso entre la población surgiese algún nombre que reuniese las condiciones adecuadas.

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