Antonio Mª Flórez Rodríguez : GENIO Y FIGURA, DE LUZ Y DE SOMBRA ALFONSO TRAJANO

el 15/7/2021 21:03:25 (176 Lecturas)

ALFONSO TRAJANO FUE UNO DE LOS ARTISTAS EXTREMEÑOS MÁS IMPORTANTES DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX; A NUESTRO ENTENDER A LA ALTURA DE LOS GARRORENA, MARTÍN GIL O CAMPOMANES, EN EL CAMPO DE LA FOTOGRAFÍA; Y SIN DESMERECER EN MUCHO A HERMOSO, CALDERA O COVARSÍ, EN EL ÁMBITO DE LA PINTURA, O A ANTONIO JUEZ EN EL CAMPO DEL DIBUJO Y LA ILUSTRACIÓN

 

Trajano (1895-1938) salió a temprana edad de su casa emeritense embarcándose por los caminos del mundo en un sinfín de aventuras y tareas que lo hicieron estudiante de artes, actor, motociclista, torerillo, violinista, dandy; en definitiva, artista. Vivió en Madrid en los tiempos de la Primera Guerra Mundial y la Postguerra inmediata. Allí coincidió y tuvo trato con algunos de los más importantes intelectuales y artistas españoles de la época y se puso a tono con las vanguardias: José Francés, Tito, Manuel Bujados, K-hito, Tono, Vázquez Díaz, Palencia, Alberti, Cansinos Assens, de Torre, Montero Alonso, Solana, Gómez de la Serna, entre otros.

Trajano no sólo destacó como agudo retratista y solvente fotógrafo, sino que sus incursiones en la pintura y el dibujo le abrieron un lugar preeminente en la plástica extremeña de los convulsos años de la dictadura de Primo de Rivera y la Segunda República. Expuso en Extremadura con frecuencia, en Sevilla y Madrid e, incluso, en Nueva York. Y no podemos desdeñar, tampoco, sus apariciones como ilustrador y articulista en La Esfera, Buen Humor, Blanco y Negro y medios regionales como La Libertad. Tuvo, además, una relación cercana y fluida con los más prestantes artistas, políticos e intelectuales de la región en aquellos años.

Teresa Arce dijo de él que era “uno de los pintores de vanguardia de Extremadura en los años veinte”. Ya en 1919 Antonio Ballesteros de Martos glosó en la revista Cervantes que “Sus cuadros alcanzan coloraciones intensas y finísimas, con un gran sentido decorativo… Igual puede decirse de Alfonso Trajano, cuyos dibujos, a la manera que inició en España Bujados y siguieron después otros varios, tiene finas transparencias de esmaltes y virtuosismos de miniaturistas. “Perdidas en el bosque” y “Hacia el castillo de las aventuras” parecen ilustraciones de cuentos de hada”. Su gran amigo Antonio Juez alabó en 1926 sus excepcionales cualidades como dibujante y colorista y José Santos Puig en el diario La Libertad de Badajoz en 1929 resaltó la bulliciosa época en que se conocieron en el café Pombo de Madrid cuando el emeritense “se caracterizaba por sus vibraciones apasionadas, exaltando y ennobleciendo todo aquello que rozaba con su palabra cálida”.

La Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 vino a significar el momento culminante de la expresión de la cultura extremeña de la época; y ahí estuvo Trajano con sus fotografías y pinturas, confirmando el lugar significativo que, pese a su juventud, ya ocupaba en el panorama artístico regional. Pero antes ya había obtenido valiosos reconocimientos como su participación en el V Salón Nacional de Humoristas de 1919, en el Salón de Otoño de Madrid de 1920, en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1926, en la Exposición de Artistas Extremeños en el Palacio de Bellas Artes de Sevilla de 1927, en la Exposición de Dibujantes Españoles de Nueva York en 1927, y la Medalla de Oro que obtuvo en la Exposición del Ateneo de Cáceres en 1927, entre otros muchos eventos.

Sin comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *