Por: Gregorio Gil Ruedas.
“Yo les pido a los socialistas que callan que defiendan lo que hicimos, que defiendan
lo que es nuestro, la Constitución del 78 y la España democrática que habitamos”.
Artículo de prensa de Nicolás Redondo Terreros “La hora de la verdad” del 12 de junio de 2025.
Expulsado del PSOE en septiembre del 2023.
De vuelta por tierras del norte de Italia con un grupo de cincuenta villanovenses, tiempo en el que felizmente aparcamos nuestra preocupación por las noticias regionales y nacionales, el contacto con tierra hispana nos devuelve a la realidad de la grave situación política que años llevamos padeciendo, por causas de sobra conocidas, y que nos hacen estar en constante zozobra sobre qué nuevos desmanes nos traerá el nuevo día.
Dejamos a nuestro ex con su esprint por conseguir un aforamiento sobrevenido, cuando mantuvo que nunca lo haría pues nada había de temer. ¿Entonces, qué ha pasado? ¡Ah, que ha cambiado de opinión! Parece que este sarampión corre con facilidad como argumento fácil al que unir fachosferas, bulos, persecución u otras consignas que emanan de donde todos sabemos. ¿Y no será, simplemente, que ese paraguas donde quiere cobijarse también albergaría a conocidos hermanos? Aunque, amigo mío, con la jueza Biedma -impecable por ahora su trabajo- hemos topado, y no parece dispuesta a soltar fácilmente la presa. Veremos qué recorrido tiene el tema y quién o quiénes se encargarán de juzgar el caso. Yo, en mi ignorancia, me pregunto, ¿qué más dará unos que otros, si el caso parece claro? Mira que si no es lo mismo y depende de quien depende.
Sumido sigue el Gobierno en sus delicados problemas, cercado por muy distintos frentes y que no parecen cerrarse sino ir a mayores. Por ello llevamos 40 días en los que nuestro presidente no se ha dignado responder a periodista alguno, sea amigo o de los otros. Sumemos los no sé cuantos días que lleva sin contestar a ninguna pregunta que se le efectúe en el Parlamento, pues toma la palabra para hablar de lo que sea menos de lo preguntado y añadamos a la no presentación de los Presupuestos el debate sobre el estado de la nación que tampoco piensa realizar.
Bunkerizado en la Moncloa, de visita en el exterior y sin pisar la calle de pueblos o ciudades por temor a ser increpado van pasando los días en espera de que amaine el temporal, se calme la tormenta y con la llegada de las vacaciones en la Mareta el velo del olvido caiga sobre estos turbios asuntos y aquí paz y luego gloria.
Pero no va a ser posible. Ayer mismo fue el día elegido por diversas asociaciones de jueces y magistrados para manifestarse a las puertas de los juzgados para así expresar su opinión contraria a la inminente ley Bolaños que según ellos intenta “facilitar la politización de jueces y fiscales” a la mayor urgencia. Siguiendo en el mundo de la Justicia recordemos como se ha producido el procesamiento del Fiscal General del Estado acusado de revelación de secreto en el caso de un ciudadano, por ser novio de quien era, y no olvidemos el toque de atención de la Comisión Europea quienes consideran que la Ley de Amnistía no responde “a un objetivo de interés general” sino más bien “parece ser una autoamnistía” como parte de un acuerdo político para lograr la investidura del presidente.
Hoy es el día en que el anunciado asunto Cerdán acaba de estallar y el tsunami producido no va a ser fácil de parar. El informe pormenorizado de la UCO ha dejado en estado de shock tanto a unos como a otros, es decir, tanto a Moncloa como a Ferraz. Y mira que lo venían avisando. Los cargos en forma de mordidas económicas protagonizadas por Ábalos y su sustituto Santos Cerdán en común unión con el colega Koldo, han dejado muy tocada la continuidad de un gobierno que llegó como adalid de la regeneración, la transparencia, la verdad, la democracia, … En fin, de todas esas palabritas tan bonitas de decir como difíciles de practicar.
Compungido y pesaroso apareció el presidente en la sede socialista rogando el perdón por la corrupción de sus más fieles colaboradores, de esos que hasta pocas fechas eran ejemplo de militancia y honradez. Confiesa no conocer la trama, pero no por ello asume responsabilidad alguna. ¡Qué lejos queda aquello de que la ignorancia no exime de la culpa y bien por acción, o bien por omisión, tal como exigía a los demás, debería haber tomado un camino contrario al correr hacia adelante! ¿Les suena eso de que en política no se pide perdón, simplemente se dimite? Incongruencias de la vida pues son estas las exigencias que tan rigurosas pedimos para los demás y tan condescendientes, cuando no benevolentes, nos otorgamos a nosotros mismos.
Como la cultura árabe enseña “nada que se pueda comprar tiene verdadero valor” y “no hay río grande que no tenga varios afluentes”. Terminamos recordando a los clásicos, a Francisco de Quevedo en el inicio de su conocido soneto:
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.
Tiempo de espera, pues. A ver qué pretenden contarnos ahora pues me temo que echar las culpas a bulos, jueces y pseudomedios NO SE LO CREE NADIE.
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