Yo quería haber ido a la inauguración de la plaza de toros dombenitense. Pero varias cuestiones han hecho que finalmente no haya sido así. La principal de ellas es que no tenía entrada
Verán, a pesar de que ir a los toros no es precisamente una de mis grandes aficiones, la verdad es que ganas de ir sí que tenía, por aquello de la inauguración, del buen cartel, del ambientillo y tal. Pero tantas, tantas ganas como para hacer cola desde la noche anterior… pues no, tantas no tenía, para que nos vamos a engañar. He ahí el primer motivo por el que no tenía entrada.
Aún habiéndome resignado a que sería imposible conseguirla, he intentado tantear a amigos y conocidos por si había alguna posibilidad, por remota que fuera, de conseguir una entrada, de esas de arrepentidos, o de alguien que compró de más. Pero no hubo suerte.
No desistiendo en mi empeño, probé con la última opción que se me ocurría. ¿Y si a alguien le ha surgido un plan mejor y ha decidido recuperar el dinero de la entrada? Nunca se sabe. Encendí el ordenador y, un tanto escéptica, tecleé en Google: "venta entradas toros don benito". La verdad es que no tenía muchas esperanzas de encontrar algo, porque ¿quién iba a hacer tantas horas de cola para luego no ir a los toros?
Cuál fue mi sorpresa, que nada más darle a intro, comenzaron a mostrarse ante mis ojos numerosas almas generosas que, no es que vendieran sus entradas, ¡¡¡es que las regalaban!!! O Dios mío, cuán generoso es el ser humano.
Sorprendida leía detenidamente uno a uno los anuncios. Sólo había una condición en todos aquellos ofrecimientos que me devolvían la esperanza, y es que regalaban la entrada taurina si les comprabas 1 kilo de lenguados frescos y limpios. Otro tenía como condición comprar previamente una pareja de palomos buchones jiennenses, pura raza y de color azul. Incluso había otro que me daba su entrada, así sin más, comprándole cuatro bolígrafos bic de color azul marino, o una botella de vino de pitarra, o una bolsa de pipas o un paraguas para ir de caza y hasta una pila de duracell gastada... No salía de mi asombro.
Pero yo que no soy de comprar por comprar lo pensé mejor y me dije. Si yo no necesito ninguna de estas cosas, sólo una entrada para los toros. Así es que como el lenguado no es un pescado que me vaya mucho; soy más de canarios que de palomos; no bebo alcohol y justo el boli que se me había terminado era rojo y no azul, pues no compré nada.
Eso sí, no sé cómo andará el mercado estos días pero que el kilo de lenguado esté a 300 euros me resultó un tanto caro, a 450 euros la pareja de palomos, los bolígrafos a 200 euros cada uno y la botella de pitarra a 300 euros, que debía ser un pitarra de reserva.
Así es que miren, para tanto no eran ni las ganas de ir a los toros, ni el dinero para comprar por comprar.