Un total de 34 de los 35 agentes de la Policía Local acordaron en la asamblea celebrada el pasado martes iniciar su medida de presión anunciada de no realizar los servicios extraordinarios, al no llegarse a ningún acuerdo con la administración local para revisar sus retribuciones por este concepto. La respuesta del gobierno ha sido la de suspender las vacaciones de julio a los agentes.

Los policías también denuncian que en respuesta a la decisión adoptada por la asamblea de los policías, “por parte de la administración se ha dictado resolución de alcaldía suspendiendo, este año y en los sucesivos, las vacaciones de los miembros de la plantilla de policía local que las disfrutan durante el mes de julio". Una decisión, como señalan, que se suma a la que adoptaron el alcalde y la Concejala de Personal, Consuelo León, "de suspender la realización de todos los servicios extraordinarios, con las consecuencias que ello ha acarreado a la prestación de determinados servicios ordinarios cotidianos". Los sindicalistas rechazan una medida que califican de "coercitiva, intolerable y opresiva, que en modo alguno aporta solución al problema y si crispación e indignación entre los miembros de la plantilla".

Por su parte, desde el gobierno se indica que "lamentan profundamente" esta situación, que como se justifica ha llevado "a suspender las vacaciones de algunos agentes para cubrir los servicios mínimos, y garantizar así la seguridad de los ciudadanos ".

Desde el Ayuntamiento se indica que siguen dispuestos a dialogar y negociar (de hecho han fijado una reunión hoy sábado para hacerlo), para llegar a un acuerdo y dar una solución al problema. En este caso, no se ha dudado desde el Consistorio en culpar de la situación al sindicato CC.OO. "No se busca resolver el conflicto sino la instrumentalización política del hecho", afirman.

Este sindicato afirma en nota de prensa emitida ayer viernes, que el conflicto ha estallado por las medidas de coacción y la discriminación que están sufriendo los policías locales y la mala gestión del gobierno en este asunto. Por otra parte aseguran estar dispuestos a seguir negociando.

Las consecuencias del conflicto son que en las últimas horas varios agentes de la policía local han solicitado bajas por problemas de salud (que algunas voces atribuyen al descontento por el cambio de turnos), y el gobierno debió modificar la programación del festival de teatro en la calle, para garantizar la seguridad pública.